¡Bonito animal! Para algunos considerado como mascota, conocido en algunos lugares como cuy, guimo, rata, roedor…en fin todo depende de nuestra geografía. Pero en esta foto se puede observar el animalito en manos del verdugo quien lo lleva al matadero para ser degustado por esta servidora.
Si en algún momento de mi vida me hubiesen dicho que mi dieta consistiría de la carne de este pequeño roedor, creo que de inmediato me hubiese convertido en vegetariana. Aun puedo recordar el hermoso ofrecimiento de mi comadre: ”¿Si te preparo un cuy, te lo comes? ” En mi desconocimiento, sin dudar le contesté; ¡Claro!
Para mi sorpresa dentro de poco ya tendría en su poder el suculento roedor para cumplir su ofrecimiento. Cuando por fin supe lo que era el cuy, ya era tarde para rechazar el ofrecimiento puesto que había aceptado la propuesta y había dado mi palabra. Ya se había convertido en un reto personal. Era mi palabra y orgullo contra mi supuesta ”valentía”.
Luego de haber observado el pequeño roedor sin pelos, las dudas de valentía penetraban mi mente y dude el poder completar mi pequeña hazaña. Pero, detrás de aquel reto lanzado por mi comadre, existía el amor con el cual fue confeccionado el pequeño roedor y yo estaba decidida a no claudicar y cumplir con mi palabra.
Luego de verlo preparado para sazonar, no me quedaba otra sino confiar ciegamente en las habilidades culinarias de mi querida comadre, Sandra Carolina.
Si amigos…"lo logré", degusté del roedor confeccionado para mí. Y ¿qué les puedo decir? Estaba riquísimo, delicioso, sabroso, exquisito…
Para que puedan apreciar que he asimilado bastante bien el arte culinario del Perú. Les muestro una foto de un ceviche de mero confeccionado por mis propias manos. Como podrán observar solo le falta la cancha pues no se encuentra en mi tierra natal.
En mi país se le conoce como ‘’pinchos’’ pero en el Perú se le llama ‘’anticuchos de corazón’’ … Me atreví a probarlos y también son muy sabrosos.
Me llamó la atención el ver este horno sembrado en la tierra donde se encontraban un cerdo, un cabrito, camotes (batatas) y plátanos maduros. Estaba encendido con carbón y muy a pesar que estaba tapado con tierra aun así no se apagó el fuego y a las 4 horas todos los alimentos estaban ricos y bien cocidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario